1. Demostración ‘cosificación de la mujer’

Experimentos

 

  • Bailar libremente en la discoteca y grabar la posible insistencia de los hombres.
  • Preguntar a un hombre: ¿esa mujer te parece interesante? ¿Por qué?
  • Entrevistas a personal del local
  • Test TOS de carteles
  • Encuesta opinión de las jóvenes

Resultados

En relación a nuestro primer experimento no se pudo grabar, sin embargo se realizaron investigaciones en lo referente al tema. Encontramos que apenas podíamos bailar, o incluso hablar sin ser molestadas, como aparece explicado en nuestro ‘Anexo: Noche 2’

En lo referente al segundo experimento nos encontramos con adjetivos como “zorra” o frases como “te vistes así para provocar”.

Esto supone una limitación simbólica en la libertad de la mujer. Puede que no supongan órdenes ´sobre cómo deben ir vestidas pero son frases de condicionamiento que hacen que las mujeres no se vistan o actúen conforme a sus gustos sino acomodándose a la sociedad.

Todo ello se encuentra analizado y explicado de nuevo en el apartado ‘Anexo: Noche 2’.

Además, como prueba de la cosificación de la mujer en el mundo de la noche, podemos escuchar en este audio a dos varones entrevistado en la discoteca quien nos cuentan lo que buscan cuando acuden a este tipo de locales:

Vemos como las declaraciones de ambos jóvenes confirman tres de nuestras cuatro hipótesis (con excepción del machismo en la música). Por un lado vemos que las discotecas están en lo cierto dando beneficios a las mujeres si de aumentar sus beneficios se trata. Como el joven indica él va a las discotecas ‘a ligar’ por lo tanto es un juego de lógica. Cuantas más chicas, más clientes.

Además verifica otra de nuestras hipótesis: la cosificación de la mujer. ‘Tu no vienes así porque quieras’ o ‘yo lo primero que busco son unas buenas tetas’. Estas declaraciones nos dejan ver como la mujer es únicamente juzgada por su cuerpo en este tipo de ambientes convirtiéndose así en un ‘objeto’ para satisfacer a los varones.

Muchos piensan que las mujeres van a las discotecas a complacer a los hombres con su vestimenta en lugar de a buscar su placer propio, bien sea proporcionado por un hombre (ellas también van a las discotecas a ligar) o bien por vestirse para ellas mismas, es decir, vestir por el simple hecho de ser libres y no por el condicionamiento de complacer a un público.

En tercer lugar nuestro equipo de investigación llevó a cabo dos entrevistas. En primer lugar a un camarero y en segundo a una camarera. Nuestra hipótesis se ve confirmada con sus declaraciones ya que ambos explican que el número de chicas en la barra de las discotecas es mayor debido al objetivo del local: el consumo de los clientes.

Además nos cuentan cómo debe ser la vestimenta de las mujeres que trabajan allí, otro argumento a favor de nuestra teoría. Tienen que ir guapas y sensuales.

A continuación podéis escuchar parte de dicha entrevista (también la podéis consultar en nuestro apartado ‘Recursos gráficos: Audios’)

Por último se ha realizado el ‘Test TOS’ a los carteles que producen los locales nocturnos con el fín de conocer el grado de cosificación de la mujer.

Lo podrás consultar en nuestro apartado ‘Recursos gráficos: Test TOS’

En último lugar obtenemos estos datos acerca de la opinión pública según una encuesta realizada en la Universidad Carlos III de Madrid

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Observamos que el 78% de  las mujeres se ha sentido molestas o incomodadas en alguna ocasión por un hombre en una discoteca. Miradas, insultos e insistentes conversaciones que las mujeres no quieren continuar son habituales ejemplos de acoso en las discotecas.

Por otro lado el 23%  de las encuestadas contestaron que muchas veces se han sentido incomodadas por un hombre. Esto muestra cómo la mujer es considerada un objetivo, una meta para el hombre que intenta a través de comunicación verbal y física acercarse en numerosas ocasiones hacia las mujeres.

Sin embargo hay situaciones en las que este no insiste más de una vez: si la mujer con la que quieren mantener cualquier tipo de relación confiesa tener otra relación con otro hombre. ¿Por qué recurren ellas a este argumento? Es una de sus pocas oportunidades para dejar de ser incomodadas. No es su propia decisión lo que se respeta sino la presencia de otro varón. Este es un hecho que mantiene al patriarcado, ellos se apoyan pero a nosotras nos educan como rivales en todos los ámbitos de la vida.

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Nos atrevemos a ir un paso más,  y preguntar a estas mujeres si han sentido miedo por el comportamiento de un hombre. Los resultados se suavizan, solo el 31% contesta muchas o algunas veces. Además, el 45% responde que nunca ha sentido miedo. Esto parece indicar que el comportamiento del hombre suele molestar a muchas mujeres, pero el grado de amenaza o miedo es menor. Aun así, es importante reseñar que el 55% de las encuestadas han sentido miedo alguna vez, algo que hay que revisar e intentar eliminar.

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